En 2009, el Banco Popular colocó 700 millones de euros en deuda, en el producto Bonos Subordinados Banco Popular, que combinaba una rentabilidad fija y otra variable. Dichos bonos tenían un plazo de vencimiento de 4 años, en 2013, momento en el que serían canjeados por acciones, pasando a ser una inversión de renta variable.
En el mes de abril de 2012, ante los negativos resultados bursátiles de la entidad, Banco Popular decidió ampliar el vencimiento de los bonos hasta el 25 de noviembre de 2015, fecha en la cual se canjearían por acciones a un precio de 17,75€ por acción.
El producto tenía una rentabilidad fija de Euribor 3M más 4%, pero, en 2012, la entidad ofreció una rentabilidad del 7% hasta el vencimiento de los bonos, lo que ocasionó que gran parte de los titulares de los bonos suscribieran canje.
El 25 de noviembre de 2015, el Banco Popular realizó la conversión de sus bonos a acciones, lo que supuso unas pérdidas medias para los poseedores de los bonos convertibles de casi un 80% de su valor nominal. De modo que, incluso teniendo en cuenta los intereses que se han obtenido desde la suscripción de los bonos, la pérdida total de capital de los bonistas es cercana al 40% de la inversión.
Nos encontramos ante producto financiero derivado, complejo, de alto riesgo, que fue comercializado sin cumplir las exigencias mínimas de transparencia de la normativa del mercado de valores (MIFID) y de la legislación de defensa de los consumidores. Dichos bonos se colocaron a todo tipo de clientes insistiendo en su alta rentabilidad y en su seguridad, como si se trataran de una especie de plazo fijo, sin informarles de los verdaderos riesgos, ni de la verdadera naturaleza de los mismos.
Así pues, en Junio de 2016 el Tribunal Supremo anuló la suscripción de los Bonos Convertibles o Subordinados del Banco Popular.
Esta importante Sentencia dejó claro que los Bonos Subordinados obligatoriamente convertibles en acciones del Banco Popular eran un producto complejo y de alto riesgo; un producto apto para clientes que tengan la consideración de profesionales. Indicando además que cuentan con unas características que hacen que sea un producto altamente especulativo.